Un robot es solo una máquina capaz de realizar una compleja serie de acciones automáticamente. Esas acciones pueden ser físicas, digitales o incluso económicas, pero al final la idea es infligir algún tipo de daño a los seres humanos.
Los ejemplos modernos más destacados de máquinas de guerra robóticas son los drones Predator y Reaper. Sin embargo, cada vez más, algunas “máquinas” están diseñadas específicamente para la guerra digital, ya sea a pequeña escala (hacks corporativos) o a escala internacional (Stuxnet).
Vivimos en un mundo altamente conectado, digital y económicamente. Los principales actores mundiales del pasado fueron capaces de una destrucción física increíble, y todavía lo son. Pero después del final de la Segunda Guerra Mundial, las economías mundiales comenzaron a entrelazarse; Hoy, una recesión en un país del tamaño de Grecia afecta a jugadores tan grandes como China o Estados Unidos. Hoy, las pérdidas no se miden tanto en vidas como en dólares.
En este mundo, la mejor arma no es la potencia de fuego, sino la economía. Nuestra hiperconexión ha hecho que la economía mundial sea increíblemente sensible a los eventos mundiales (por ejemplo, Grecia, tsunamis, crisis de Medio Oriente, Congreso), y debido a que es tan sensible, es cada vez más susceptible a la explotación y al ataque con un mínimo esfuerzo.
- ¿Por qué la explosión de una bomba nuclear no tiene lugar en el suelo?
- A lo largo de toda la historia humana, ¿qué guerra tuvo el resultado más improbable?
- ¿Puede haber un castigo apropiado para aquellos que han cometido actos genocidas?
- ¿En qué medida la fuerza militar es un instrumento eficaz para la promoción de los valores humanitarios?
- ¿Qué países probablemente invadirán los Estados Unidos durante los próximos 10 años?
El presidente Obama no ha recurrido a la guerra física en Irán, porque la guerra física es costosa e ineficaz, como lo han demostrado las guerras de Estados Unidos en Irak y Afganistán durante la última década. En cambio, los informáticos desarrollaron el virus Stuxnet y los líderes mundiales impusieron sanciones económicas paralizantes, lo que probablemente resultará más barato y más efectivo para contener la proliferación nuclear en ese país que bombardearlo.
Debido a la nueva economía mundial y nuestra hiperconectividad, la guerra continuará evolucionando y empleará armas que pueden causar mucho más daño que solo la fuerza física, y a un costo significativamente menor. Entonces, si bien las máquinas y la economía ganarán y perderán guerras en el futuro, sus efectos siempre se extenderán a las personas, y requerirán que las personas las desarrollen, operen y ejecuten.