Hay algunas explicaciones allí, porque sus sujetos y enemigos lo llamaron con nombres diferentes.
Primero, la razón principal por la que lo llaman por su primer nombre es que todos los monarcas europeos han sido llamados por sus nombres durante milenios. Fue notablemente el caso en Francia, desde Clovis hasta Carlos X, y el monarca anterior fue Luis XVI. De hecho, Napoleón a menudo se conoce como Napoleón I.
Del mismo modo, su sobrino Louis-Napoleón Bonaparte se llamaba Napoleón III cuando accedió al trono imperial, después de ser nombrado por su nombre completo cuando era presidente.
Los detractores de Napoleón (en su mayoría nobles y emigrantes realistas) lo llamarían Buonaparte, para enfatizar el hecho de que él vino de Córcega (adquirido por Francia de Génova en 1768, un año antes de que Napoleón naciera), y negar el hecho de que él gobernó Francia. Este nombre marca una ascendencia francesa impura, y sus enemigos lo estaban maldeciendo al hacer esta referencia. También lo llamarían el corso (“Le Corse”).
Por otro lado, los súbditos de Napoleón lo llamaban emperador, incluso después de que lo despidieran.