Voy a ampliar la respuesta de Henry para los no iniciados en el ejército para comprender la diferencia entre respeto y autoridad.
Henry tiene razón, sin estar en una cadena de mando directa, una orden emitida no tendría que ser seguida. La razón por la cual no es necesario seguir la orden es porque se consideraría una orden ilegal. Sin embargo, debido a que él es un oficial uniformado, los soldados aún estarían obligados por el UCMJ (Código Uniformado de Justicia Militar) a saludar, saludar y, de lo contrario, respetar como merecedor de un oficial de rango militar.
Ahora, lo que eso significa exactamente es que si el General estuviera, digamos en una situación de combate, y dijera “tomar esa colina”, los soldados cercanos no tendrían que seguir esa orden. Sin embargo, no podían responder con “vete a la mierda”, bueno, sí podían, pero aún así podrían ser criados por cargos de falta de respeto y falta de respeto hacia un oficial superior. Una respuesta de “Con el debido respeto, señor, su orden es ilegal y no la llevaré a cabo” es una forma perfecta de decir que no a una orden.
Las órdenes ilegales tienden a ser difíciles de identificar y pueden causar un gran dolor en las personas en el ejército, porque por naturaleza estamos entrenados para seguir órdenes, aunque a fines del siglo XX y principios del siglo XXI, especialmente las tropas desplegadas hacia adelante se entrenan cada vez más en el ejército. La legalidad de las órdenes debido a la ambigüedad que se observa en el combate, especialmente en lugares urbanos donde los amigos y enemigos se vuelven muy difíciles de determinar y la diferencia entre el nivel aceptable de fuerza y la atrocidad de guerra depende del ángulo de la cámara.
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Ahora, dicho todo esto, hay un rasgo llamado presencia de comando. En el mundo civil, podría llamarse carisma o “grande y a cargo”. La mayoría de los buenos oficiales lo tienen y todos los grandes lo tienen. La presencia de comando es un rasgo de hacer que los subordinados sigan no necesariamente basados en una orden, sino en la mera sugerencia de una orden. No sería sorprendente si dicho general que viaja en el tiempo tuviera un rasgo tal que los soldados cerca de él no saltarían para obedecer sin pensarlo dos veces.
Para ver ejemplos de presencia de comandos, consulte General Mattis, USMC (ret), General Patton, EE. UU. (Ret) o Almirante Nimitz USN (ret). Estos líderes imponen obediencia a través de su mera presencia. En cuanto al cine, Mel Gibson en We Were Soldiers, Robert Redford en Last Castle, o Gerald Butler como King Leonides en 300.