El “Baka” conocido por los japoneses como el MXY7 Ohka tenía el sistema de guía más poderoso jamás instalado en un sistema de armas, el cerebro humano Mk1.
Llevado a menos de 23 millas de su objetivo por un bombardero “Betty” G4M, el Baka se acercó en una inmersión poco profunda que le permitió cerrar a casi 400 mph. En su aproximación final, el Baka necesitaba ser capaz de maniobrar para evitar el fuego de los cañones antiaéreos y los cazas estadounidenses. Al acercarse a su objetivo, el piloto cronometraría cuidadosamente el disparo de sus 3 motores de cohete mientras buceaba, lo que le permitiría alcanzar velocidades de hasta 650 mph antes del impacto.
Compare eso con el Fi103, también conocido como el cohete V-1, que tenía una probabilidad de error circular (CEP) de 12 millas, lo que indica que se puede esperar que el 50% de los cohetes golpeen en 12 millas de su punto de objetivo y el 50% donde se esperaba fallar por más de 12 millas.
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Los alemanes jugaron con la idea de una versión tripulada llamada Fi103R, pero se consideró universalmente como un fracaso. Su control fue terrible y cada prueba terminó con un accidente. Después de que se perdieron varios prototipos, el programa fue cancelado.
Ninguno de ellos eran armas efectivas. El V-1 le costó a los alemanes producir mucho más que infligir daño a los británicos y el Baka fue casi un completo fracaso debido a la efectividad de la defensa de la flota estadounidense. Múltiples ataques contra la flota estadounidense dañaron un puñado de barcos y hundieron al destructor Mannert L. Abele.