¿Cómo ayudó la geografía a la Revolución Americana?

El mayor beneficio geográfico para los revolucionarios estadounidenses fue el Océano Atlántico, pero no en el sentido de que fuera océano, simplemente la pura distancia. De hecho, en el siglo XVIII casi siempre era más rápido, y a menudo más fácil, mover ejércitos por mar que por tierra. Los ejércitos terrestres solo podían ir tan rápido como el hombre más lento podía marchar, mientras que una flota podía moverse al menos 8 veces más rápido. Sin embargo, incluso con la velocidad relativamente rápida de los viajes por mar, los barcos tardaron semanas en llegar desde Gran Bretaña a las colonias. Eso significaba que el comando militar británico en Gran Bretaña no podía responder en tiempo real a los acontecimientos en las colonias. En cambio, tuvieron que depender de fuerzas expedicionarias que pueden o no tener suficientes recursos y mano de obra para el trabajo, y que solo se les suministró de forma intermitente con las municiones y los alimentos que necesitaban para sobrevivir en una tierra hostil.
Otro factor relacionado es que una gran parte de las fuerzas británicas en los Estados Unidos estaban vinculadas a su base. Tenían que permanecer en sus bases militares por temor a que los colonos se desbordaran de su posición y se apoderaran de sus suministros en caso de que se fueran por un período prolongado de tiempo. Y no podían programar tiempos de caída, ya que el tiempo de viaje por mar desde Gran Bretaña a las colonias era muy variable, dependiendo del viento. Los colonos, por otro lado, podían obtener suministros de prácticamente cualquier pequeño pueblo por el que pasaran, haciendo que su logística fuera mucho más flexible.

La geografía local también tuvo un papel. El área de Sourland Mountain de Nueva Jersey proporcionó refugio para individuos: en particular John Hart, firmante de la Declaración de Independencia. También proporcionó un área relativamente segura para las tropas estadounidenses y sus líderes, ya que los británicos no estaban dispuestos a montar operaciones en ese terreno.

Otro ejemplo son las tierras pantanosas de las Carolinas, que proporcionaron una buena cobertura para los combatientes irregulares bajo el mando de Francis Marion (“The Swamp Fox”).