¿Una promulgación injusta de la Ley Marcial iniciaría una revolución?

Frecuentemente sucedió.

La palabra clave no es injusta sino inoportuna. La represión prematura y / o fallida es en realidad una característica constante en la aparición de un proceso revolucionario.

El uso de la fuerza para calmar los disturbios es una tentación constante para cualquier poder o gobierno desestabilizado, siempre que pueda contar con el monopolio legal de la violencia.

Funciona, la mayor parte del tiempo, en Francia esta primavera, donde el uso juicioso de la violencia por parte de la fuerza policial logró detener temporalmente la ola de protestas. Y a veces no funciona: demasiada violencia para justificarse, no lo suficiente como para infundir miedo, o una multitud atemorizada por la necesidad, o una fuerza represiva debilitada, en duda, que de repente se rinde a la protesta. ¡Y luego las compuertas se abren y explotan!

Rrrrévolution ;-))
(Asi es como se hace)

Los poderes fácticos lo saben, por eso cuentan con “poder blando” (amnesia mediática, glotonería de los consumidores, política de distracción, lo que sea …) el 90% del tiempo, y tratan de dosificar siempre la cantidad de violencia que emiten cuando no, en el nivel justo.