¿Pueden las diferencias unirnos y hacernos fuertes? Si la respuesta es sí, ¿por qué todavía hay guerra?

El problema básico es que los humanos carecen de una forma sólida de entender su identidad. Debido a esta deficiencia en cómo entendemos quiénes somos, existe una fuerte tendencia a autoidentificarse en base a las diferencias … cualquier diferencia entre las personas puede exagerarse en una división, algo que separa a “nosotros” de “ellos”.

Como no sabemos quiénes somos, confundimos estas características superficiales con absolutos autodefinidos. La mente, que está conectada por la evolución para la supervivencia, se pone en marcha para defender esos conceptos de identidad, que en casos extremos conducen a la violencia. No se puede confiar en “Ellos” porque son diferentes, y diferente es una amenaza porque nuestra identidad se define en la línea de esa diferencia.

“Soy conservador, por lo que los liberales son malvados” es un ejemplo de cómo funciona ese pensamiento: no es solo que ciertas ideas son superiores a otras ideas, es el “yo soy” que se enmarca en esas ideas. La identificación es el ego, y se protege con pensamientos distorsionados y emociones de supervivencia.

La solución es desarrollar una forma más profunda y verdadera de entender la identidad. Se trata de autenticidad , de conocerte a ti mismo de una manera que no depende de diferencias superficiales. Ser fiel a ese tipo de yo es la clave de la paz, además de ser la clave de muchos otros valores.