En pocas palabras, durante el siglo XIX, Estados Unidos no tenía la capacidad, por razones relacionadas igualmente con una incapacidad política interna para hacerlo y la falta de poder militar suficiente para hacerlo.
- Hasta la década de 1860, la política interna estadounidense estaba dominada por las tensiones entre los estados libres y esclavos. Esta tensión desaceleró el expansionismo de los Estados Unidos. La anexión de mucho más territorio de México, aparte del norte subpoblado, no fue posible por temor a alterar el equilibrio entre los estados esclavos y libres, mientras que los sueños de expansión en el Caribe eran igualmente imposibles. Tanto los estados libres como los esclavos eran reacios a enfrentarse a grandes poblaciones nuevas de pueblos no estadounidenses, hispanos e indígenas por temor a socavar el equilibrio étnico de la nación estadounidense. El imperialismo generalizado no fue posible.
- Solo hacia fines del siglo XIX, Estados Unidos podría estar en posición de enfrentarse al Imperio Británico y ocupar Canadá con éxito. Expandirse mucho más allá del continente norteamericano habría sido muy difícil, nuevamente debido al poder marítimo británico: el Caribe podría haber sido una reserva británica, por ejemplo. Incluso sin la probable oposición de Gran Bretaña y otras potencias a una amplia campaña de conquista, la capacidad de los Estados Unidos para proyectar un poder sustancial mucho más allá de México y la cuenca del Caribe está abierta a cuestionamiento. Brasil y los países del Cono Sur como Argentina y Chile habrían podido defenderse, incluso en la improbable posibilidad de que no recibieran ayuda de Europa.