¿Debería el Vaticano nombrar un nuevo emperador del Sacro Imperio Romano?

¿Deberían ellos?

Absolutamente no.

Cada país dentro de Europa es ferozmente independiente, aunque están unidos por la Unión Europea. Aunque mis estudios no se especializan en esta era actual, puedo decir con seguridad que incluso tratar de nombrar a otro Emperador del Sacro Imperio Romano sería una locura.

En primer lugar, el Vaticano no ejerce un verdadero poder político. La palabra del Papa es significativa, pero sirve principalmente como un líder religioso: no puede simplemente obligar a los países a reconciliarse, como podría haber hecho hace siglos.

En segundo lugar, el concepto del “Sacro Emperador Romano” en realidad era solo una fachada para representar a un gobernante débil, rodeado en su mayoría por príncipes alemanes autónomos. El mismo emperador del Sacro Imperio Romano generalmente servía bajo el mando del Papa, para que no fuera excomulgado por negarse a hacerlo. El colapso de la política durante las Guerras Napoleónicas puso fin a este título, que ya se estaba desmoronando durante dicho período de tiempo.

El Vaticano no tiene autoridad para continuar la práctica de nombrar un Emperador del Sacro Imperio Romano. Su palabra se tomaría como 1) una broma de algún tipo 2) o un intento delirante de recuperar el poder secular, que obviamente fracasaría.

Entonces no, el Papa no puede hacer nada en este aspecto. Siendo el hombre educado y sensato que es, sabría mucho mejor que hacer algo así.