Elie Wiesel, Deborah Lipstadt, muchos otros judíos han hablado sobre el genocidio armenio y la política asociada.
Hay grupos judíos que, en el pasado, denunciaron las atrocidades y masacres de armenios, pero se mostraron reacios a utilizar el término “genocidio”. No era una negación de los hechos históricos tanto como un cálculo político si decir, explícitamente, que los turcos habían cometido crímenes contra la humanidad.
La razón principal de esta vacilación, supongo, es la misma preocupación que ha detenido a los presidentes y el Congreso de los Estados Unidos: las relaciones con la actual Turquía.
Turquía es un país musulmán pero ha tenido relaciones excepcionalmente positivas con Israel. Los israelíes y los judíos de la diáspora han protegido sus relaciones con Turquía, que históricamente fueron mucho mejores que con los países árabes.
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Sin embargo, los grupos judíos que una vez eludieron el problema (por ejemplo, ADL) ya no lo hacen, mientras que los presidentes continúan evitándolo.
FYI. Artículo de un periódico judío:
http://forward.com/articles/1265…
Actualización: Independientemente de su enfoque, dada su propia historia, los judíos son o deberían ser sensibles a la forma en que los armenios experimentan este debate. Desde una perspectiva teórica, es una tensión entre una ética kantiana (universalización, dignidad humana) y una ética consecuencialista (evitar un mayor daño). Los judíos tienen respuestas bastante diversas a tales compensaciones.