Hubiera hecho mucho mejor dejar de bombardear Londres y continuar como lo hizo antes para bombardear aeródromos británicos para hacerlos inútiles para la RAF y destruir sus instalaciones de reabastecimiento de combustible, etc. Solo al continuar bombardeando esos campos de aterrizaje y su reabastecimiento de combustible estaciones para la RAF podría haber derrotado a Gran Bretaña. Bombardear viviendas para trabajadores en Londres fue una completa pérdida estratégica de tiempo. Necesitaba acabar con la RAF y hacer que Gran Bretaña se rindiera. De esa forma, se habría evitado que los EE. UU. Usaran Gran Bretaña como portaaviones anclado frente a Europa occidental controlada por los nazis y el lanzamiento del Día D desde Inglaterra a Normandía en 1944.
La RAF estaba prácticamente al final de su atadura cuando Churchill pensó en el golpe maestro de enviar unos bombarderos para atacar Berlín. En realidad, fue un fracaso total en el sentido de que no causaron daños, ya que no tenían miradores de bombas adecuados. Pero logró lo imposible. Hitler estaba tan enfurecido por el ataque a Berlín que desvió a la Luftwaffe a bombardear viviendas en Londres. La RAF se salvó del calor y pudo arreglar las cosas y construir nuevos aviones.
Y Hitler se hizo cargo de la mayor parte de Europa en cualquier caso, desde el Cabo Norte hasta Creta y durante un tiempo trozos del norte de África. Solo unas pocas islas como Malta resistieron contra el fascismo, además, por supuesto, los países neutrales como Suiza y Suecia, que en realidad prestaron un buen servicio a Hitler de muchas maneras.
Pero su intención nunca había sido conquistar esa sección de Europa en ningún caso. Solo lo hizo porque se encontró en guerra con el Imperio Británico. Había querido concentrarse en el Frente Oriental e invadir la Unión Soviética para destruir el comunismo. Ese siempre había sido su objetivo. Así que hablar de Hitler como si quisiera gobernar Europa está bastante mal. Fue el desafortunado resultado de la declaración de guerra de Gran Bretaña y Francia por su invasión de Polonia. Hitler se dirigía hacia el este hacia Moscú y Leningrado y hubiera preferido quedarse solo para resolver el hueso que pretendía recoger con el “judeo bolchevismo”. La campaña de Europa occidental lo distrajo de su interés real durante un tiempo en el verano de 1940, pero en 1941 con Barbarroja volvió a hacer lo que siempre había apuntado. Ganar Lebensraum a expensas de los eslavos y los comunistas.