¿Está el mundo occidental actualmente envuelto en una nueva Guerra Fría?

No. La Guerra Fría implicó una mayor posibilidad de guerra termonuclear global que podría haber devastado el planeta, y se basó principalmente en la ideología política.

El nuevo campo de batalla no es un campo de batalla militar, sino el campo de batalla de la economía global y la tecnología de la información. Con la normalización de las relaciones de Estados Unidos con China en la década de 1970 y la disolución de la Unión Soviética en 1990, la economía ha superado la ideología como el principal factor de motivación de las naciones industrializadas.

Estados Unidos, China, Rusia, Gran Bretaña, la UE y las naciones productoras de petróleo no entretendrían un conflicto militar global que desestabilizaría la economía global, ya que todos saben que no habría ganadores y todos los países sufrirían los efectos. Tampoco les conviene permitir que los conflictos regionales que vemos, como el de Crimea, se intensifiquen lo suficiente como para dañar permanentemente la economía global. Los conflictos regionales y el ruido de sables son movimientos calculados para obtener una ventaja económica en el mercado global.

En cambio, cada país ahora compite por una mayor parte de la economía global y los recursos globales para aumentar su riqueza e influencia. Sin duda, habrá ganadores y perdedores, pero a la larga nuestra economía global está tan entrelazada que no está en el mejor interés de ningún país importante que otro poder económico importante falle por completo. Entonces, incluso con todo el espionaje tecnológico, la manipulación monetaria, las maniobras políticas y la tensión internacional, el objetivo no es la destrucción total del “enemigo” sino obtener una ventaja económica.

Esta es realmente una forma muy positiva en la que el mundo ha cambiado en las últimas cuatro décadas.

De ningún modo.

Pero ciertas facciones están tratando de llevar las cosas en esa dirección. Toda la crisis ucraniana, instigada por las naciones occidentales, fue un intento de llevar a Rusia a una agresión abierta y justificar un nivel de gasto militar y mentalidad militar en la guerra fría. Pero hasta ahora esto ha fallado.

Observe cómo el gasto militar en Occidente sigue siendo extremadamente bajo, en total. La tolerancia a la pérdida potencial de soldados también es muy, muy baja. Los medios de comunicación pueden insistir, pero la prueba está en las métricas.

Así que ahora no estamos envueltos en una nueva guerra fría.