La guerra más importante que perdió Suecia fue la Gran Guerra del Norte.
Era el año 1700 y Rusia bajo el mando de Pedro el Grande buscó desafiar al preeminente poder báltico, Suecia. Desde el reinado del rey Gustavo Adolfus décadas antes, Suecia no había sido cuestionada en el Báltico y el noreste de Europa. Peter, con una alianza de estados alemanes y Polonia-Lituania, que habían sido blanco de agresiones suecas pasadas, declaró la guerra al recién coronado Carlos XII de Suecia, creyéndolo joven y débil. Estaban gravemente equivocados. Charles, ‘El meteorito sueco’ lideraría campañas exitosas contra sus enemigos durante los próximos 18 años, incluida la marcha hasta Ucrania y la destrucción de un ejército de treinta mil hombres con solo diez mil hombres en la Batalla de Narva. En 1718, le dispararon a Charles fuera de una fortaleza en Noruega, y tres años después, Suecia hizo las paces con Rusia, señalando el fin del Imperio sueco como una gran potencia de Europa, y la ascendencia del recién fundado Imperio ruso. Suecia volvería a perder ante Rusia en 1809 cuando perdió Finlandia, limitando a Suecia a su tamaño actual.