¿Cuál fue la opinión de Hitler de otros países?

Hitler tomó el Gran Reich alemán, no el dominio mundial como te enseñan Disney y la escuela secundaria. Fuera de Europa no tenía intereses, pasear al hombre en el alto castillo. Hitler no quería apoderarse de Europa. Su objetivo era el dominio alemán sobre Europa, un objetivo bastante diferente.

Los países que confiscó cayeron en tres categorías:

1. Tierras consideradas históricamente alemanas, desde Alsacia y Lorena en Francia hasta los Estados bálticos y Ucrania en Rusia. Estos serían anexados al Reich y poblados con “familias de agricultores alemanes” durante los próximos 1,000 años.

2. La Unión Soviética, más por su ideología que por el bien del territorio. La URSS planteó una amenaza existencial a la existencia misma de Alemania, por lo que Hitler insistió en una “guerra de aniquilación” en el Este. Incluso la conquista de Moscú, Leningrado y otras ciudades tomaron el segundo lugar para exterminar el bolchevismo al aplastar al Ejército Rojo y la ejecución de los comisarios comunistas. Los eslavos se convertirían en los ilotas en la Esparta de Hitler.

3. Las naciones que podrían proporcionar una cabeza de puente para lograr estos dos objetivos. Francia tuvo que ser derrotada militarmente para salvaguardar el frente occidental mientras Hitler tramaba su verdadero objetivo; el camino hacia el este o Barbarroja. La captura de Francia requirió la invasión y ocupación de los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, aunque Hitler no tenía interés en esos países como tales. La estúpida desgracia de Mussolini en Grecia obligó a la campaña de los Balcanes. La intervención en Noruega y Dinamarca se hizo necesaria una vez que Gran Bretaña y Francia comenzaron a minar las costas del Mar del Norte de ambas naciones. Los neutrales permanecerían neutrales.

Observe qué países faltan en esta lista. Hitler no tenía intención de ocupar Gran Bretaña. Esperaba con ansias el día en que Gran Bretaña y Alemania firmen un acuerdo de paz respetando la esfera de influencia del otro. Valoraba la neutralidad sueca y suponía que en un mundo de posguerra Alemania y Suecia se convertirían en importantes socios comerciales. Si Alemania hubiera triunfado, el mundo habría sido testigo del nacimiento de la Unión Europea de Hitler: la UME.