¿Los juegos actuales de First Person Shooter (FPS) reflejan con precisión la naturaleza de la guerra moderna?

Ni siquiera cerca.

El campo de batalla real es fácil. El entrenamiento comienza.

Lo que no experimentas es el entrenamiento, las novatadas, el ser el tipo en el fondo del tótem. No sientes el sudor, la mugre, la agonía de tus músculos, pero tienes que seguir adelante.

No se ve a los guerreros adultos sollozando por teléfono en una caja en el desierto porque su esposa los deja y se lleva al perro. El mismo tipo que hace cinco horas te gritaba que mantuvieras la formación y te mantuvieras alerta ahora llora como un niño que perdió a su madre.

No ves los momentos después de llegar a casa cuando visitas a un amigo en el hospital y sus dos piernas ya no están. Te preguntas qué va a hacer después de esto. Entonces te das cuenta de que es mejor que no lo hagas.

No se ve al tipo que regresó de Afganistán y tuvo que recoger los pedazos de su amigo porque no trajeron bolsas para cadáveres por alguna razón. Su esposa revienta burbujas mientras él está dormido y él se asusta, saca un arma y la apunta.

No eres víctima de la ineptitud de la burocracia, la politización de cada acción que tomas, el acto de equilibrio en el filo de la navaja que es un procedimiento operativo estándar y no puedes caer porque al hacerlo mueren personas o aterriza Eres un NJP, corte marcial o prisión.

No sientes la alienación cuando vuelves a casa. Claro, todos asienten, te dan tu espacio, date cuenta de que hiciste algo noble, pero seguro que no se siente noble. Parece que el mundo siguió moviéndose cuando te fuiste, y nadie se quedó atrás para esperarte.

Finalmente, sientes ese dolor profundo, profundo. Persiste durante años después de que hayas terminado. Cada vez que recoges un periódico y descubres que el lugar en el que estabas empeoró y más personas mueren. Te preguntas si alguna vez hiciste algo. Si alguna vez realmente “sirvió” cualquier cosa menos intereses políticos y comerciales probables.

Los videojuegos son entretenimiento. La vida real es … real. Para bien y para mal.