Idealmente, cuando estudiamos algo, no debemos abordar el tema con una idea establecida y descartar el tema si nuestra verdad no es válida. Si lo que aprendemos sucede para reforzar nuestras ideas, mucho mejor; de lo contrario, es posible que necesitemos modificar lo que creemos.
No veo por qué deberíamos hacer algo diferente al estudiar historia.
Interpretar algo es observar y luego creer en base a nuestra perspectiva. Esto es genial con cosas que son subjetivas o no concluyentes.
Sin embargo, por ejemplo, el asesinato de millones en la Segunda Guerra Mundial no es subjetivo, de hecho ocurrió.
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Siglos de guerra brutal entre Japón, China y Corea ocurrieron. Se produjo una terrible represión de las minorías dentro de los Estados Unidos. Se produjo una horrible esclavitud de africanos por las potencias árabes. Estas cosas no deben interpretarse, deben conocerse.
Sin embargo, hay espacio para la interpretación dentro de nuestra aplicación de la historia. Dado lo que sabemos, ¿es X correcto o Y correcto? ¿Las personas están motivadas por A o por B?
En conclusión, no debemos tratar de interpretar lo que ocurrió; en su lugar, debemos hacer todo lo posible para aprender cómo los eventos históricos afectan e influyen en nuestras decisiones modernas.