¿Por qué se desarrollaron Japón y Alemania tan rápidamente incluso después de la segunda guerra?

Trataré de resumir su respuesta en puntos tan simples como sea posible. Japón y Alemania fueron grandes superpotencias durante mucho tiempo. Alemania siempre permaneció como una superpotencia silenciosa incluso antes de que comenzaran las Guerras Mundiales, como el Imperio Prusiano.

1- Comienzo temprano: tanto Alemania como Japón tenían una monarquía absoluta cuando comenzó su industrialización. Estos países, mucho antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, ya tenían una clara orientación cultural hacia la innovación y un deseo de conquista y difusión de la grandeza de su país.

La conquista no significaba necesariamente conquistar colonias externas, sino ganar superioridad tecnológica frente a sus rivales rivales: Francia y Reino Unido para los alemanes; Reino Unido, China, Corea y Estados Unidos para Japón.

2- Base sólida: debido a esta sólida base industrial, tanto Alemania como Japón tenían sus fundamentos establecidos; no necesitaban una dirección para emerger, ya que simplemente tenían que reconstruir según los principios de su destreza industrial anterior a la guerra. A pesar de la amargura a fuego lento, Alemania aceptó el llamado estado de igualdad con el Reino Unido, la Unión Soviética, Francia y Estados Unidos, lo que resultó en su división en Alemania occidental y oriental. Sin embargo, en ambos lados de la frontera, la fuerza laboral alemana era laboriosa y continuó construyendo sobre los peldaños que habían desarrollado antes de la Segunda Guerra Mundial y la Primera Guerra Mundial.

De manera similar para Japón, aceptaron la protección de los Estados Unidos y se centraron completamente en el desarrollo económico. Al ser una sociedad uniforme y disciplinada, canalizaron toda su energía militar hacia el desarrollo civil, sin haber visto nunca la cantidad de destrucción que experimentaron en los bombardeos nucleares.

Sin tener que preocuparse por las invasiones o colonias militares, Japón y Alemania perseveraron y emergieron como grandes potencias.

Ambos bordearon la URSS o el territorio de control soviético, la elección fue desarrollarlos o dejar que los soviéticos los tuvieran.