Primero, no hay forma de que Irlanda se haya aliado con la Alemania nazi en 1938. Aparte de ciertas facciones dentro del IRA y otros crackpots menos consecuentes, hubo muy poco apoyo o simpatía por los nazis en Irlanda. Cuando llegó la guerra, Irlanda adoptó una posición pública de neutralidad, pero una política secreta de cooperación sustancial con Gran Bretaña. Por ejemplo, a pesar de la postura de Taoiseach De Valera, ordenó que los aviadores británicos derribados fueran subidos en silencio a un tren a Belfast, mientras que sus homólogos alemanes fueron internados durante la guerra, esa información sobre espías alemanes que operaban en Irlanda debía ser compartida con los británicos, y esa información sobre las condiciones climáticas debía proporcionarse a la Royal Navy. Además, el gobierno acordó un programa secreto mediante el cual se animaba a los trabajadores irlandeses a ir a Inglaterra para aliviar la escasez de mano de obra en las industrias civiles. Y se estima que 50,000 ciudadanos irlandeses cruzaron la frontera hacia Irlanda del Norte o tomaron el bote a Inglaterra para alistarse en las fuerzas armadas de Su Majestad (incluidos miles de miembros del ejército irlandés que desertaron para luchar contra los nazis).
Pero suponiendo hipotéticamente que Irlanda se hubiera aliado con Alemania en 1938, el país habría estado bajo la ocupación británica aproximadamente al mediodía del 4 de septiembre de 1939, es decir, 24 horas después de que el Reino Unido declarara la guerra a Alemania.