Putin mismo no ha dicho nada que lo coloque entre los fascistas. Es un autoritario pragmático. Más que eso, su pasado como policía secreto le ha enseñado virtudes de anonimato, flexibilidad ideológica y nunca revelar a nadie sus verdaderos objetivos.
Pero Rusia bajo Putin ha visto una deriva considerable hacia el fascismo. Considera esto:
- La tradición (Iglesia, familia, la gloria militar pasada) es aclamada como el máximo valor nacional. El futuro está lleno de peligros. El progreso es bueno siempre que traiga mejores armas o más bienes que podamos vender a los extranjeros, pero de lo contrario está sujeto a la manipulación de los enemigos de Rusia.
- Pensamiento de sangre y tierra. Cada centímetro de tierra donde se derrama sangre rusa es indiscutiblemente ruso o podría serlo en algún momento posterior. Vale la pena morir por cada centímetro de suelo ruso.
- Eclecticismo y sincretismo. Los zares, Stalin y Putin son los santos de la Trinidad de la Santa Rusia, ni siquiera se consideran contradicciones.
- Glorificación del poderío militar y la coerción como herramienta política. “Rusia solo tiene dos amigos verdaderos: su ejército y su armada”.
- El corporativismo y el estatismo como estrategia de gobernanza. Todo lo que ocurra debe ser autorizado por el Estado. Todo lo que el Estado permita debe ocurrir dentro de las organizaciones aprobadas por el estado.
- Rusia como ciudad sitiada en la colina. Teutones sádicos, judíos mercantiles y anglosajones envidiosos que conspiran contra la magnífica, bondadosa y magnánima Rusia durante milenios.
- La disidencia es traición. Lo poco que hay de oposición en Rusia está ahí porque la CIA, el Departamento de Estado y la Fundación Soros están apuntalando a algunas personas inprincipales, venales e inmorales, muchos de ellos judíos.
- Fuhrer es nuestro Salvador. “El fin de Putin es el fin de Rusia” (citando al principal asesor de Putin). Las críticas a Putin están prohibidas en la televisión, la radio y en el debate público. Todavía puede disfrutar de un golpe de Putin en los rincones y rincones más remotos de Internet (pero “sabemos dónde vive y dónde va su hijo a la escuela”).
- Omnipresencia del estado policial. La mayoría de los altos cargos en el estado están ocupados por personas de (o con conexiones a) la inteligencia secreta policial o militar. El FSB es de hecho la red comercial más poderosa de Rusia. Utilizando ganancias inesperadas de la bonanza petrolera, Putin restauró el servicio secreto a su antigua gloria soviética. El número de oficiales involucrados en espionaje, vigilancia y contención de la oposición política posiblemente ha superado el nivel soviético, medido como per cápita.