¿Creían las personas a principios del siglo XX que estaban ‘viviendo en la era más pacífica de la historia’ como nosotros?

Para los franceses, el período se llamaba Belle Époque. Cuando Franz Ferdinand recibió un disparo en Sarajevo, la mayoría de los periódicos lo informaron como si muriera de muerte natural, algunos notaron cómo podría afectar al imperio húngaro de Austria, pero ningún periódico sugirió que el mundo caería en guerra unas semanas después. En Francia, uno de los principales titulares no era Fernando, sino un juicio por asesinato.

Murderpedia, la enciclopedia de asesinos

Después de soportar una investigación previa al juicio de tres meses, Henriette Caillaux apareció en la cour d’assises en París el 21 de julio de 1914, solo tres semanas después del asesinato del archiduque Franz Ferdinand y su esposa, Sophie, en Sarajevo. En las semanas posteriores al asesinato en Sarajevo, las alianzas entre las grandes potencias europeas se solidificaron y las tensiones aumentaron. A pesar de estas circunstancias, el juicio de Henriette Caillaux consumió los diarios circulados por la prensa popular masiva de París. El juicio duró nueve días, tiempo durante el cual los periódicos de París imprimieron poco más que noticias del drama que se desarrollaba en la corte.

Por supuesto, fue absuelta de asesinar a alguien a sangre fría porque las mujeres tenían menos capacidad para controlar sus emociones en aquel entonces.

Justo cinco años antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial, alguien publicó un libro llamado The Great Illusion.

Angell argumentó que la guerra entre países industriales era inútil porque la conquista no pagaba. JDB Miller escribe: “La ‘Gran Ilusión’ fue que las naciones ganadas por confrontación armada, militarismo, guerra o conquista”.

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La interdependencia económica entre los países industriales significaba que la guerra sería económicamente perjudicial para todos los países involucrados. Además, si una potencia conquistadora confiscaba propiedades en el territorio que incautó, “el incentivo para producir [de la población local] se reduciría y el área conquistada quedaría sin valor. Por lo tanto, la potencia conquistadora tenía que dejar la propiedad en manos de los población local mientras se incurre en los costos de conquista y ocupación “.

Leer esto no esperaría que esta generación y la próxima hundieran al mundo en dos de los conflictos más devastadores de la historia reciente.

Que sirva como advertencia y recordatorio para las generaciones actuales.