La caída de Adán y Eva fue más de lo necesario, fue esencial.
Para entender por qué, debe tener un conocimiento básico del carácter y la naturaleza de Dios. Aquí hay algunas cosas que debes saber:
- Dios tiene un cuerpo inmortal de carne y hueso, y somos creados a su imagen. Su cuerpo es exaltado, glorificado y perfecto, y no puede morir.
- Dios tiene todo el conocimiento del bien y del mal, pero es perfectamente bueno.
- Dios es nuestro padre Él nos creó espiritualmente antes de que naciéramos. Como padre amoroso y perfecto, quiere que seamos como él y que algún día regresemos a vivir con él.
Estas verdades son importantes porque son la base del plan de Dios para nosotros. Vivíamos con Dios antes de nacer y él nos presentó un plan que nos permitiría hacer cinco cosas:
- Conviértete en seres inmortales y glorificados como él
- Volver a su presencia
- Obtener un conocimiento perfecto de todas las cosas.
- Crea nuestras propias familias eternas y conviértete en padres celestiales
- Gana vida eterna, una vida como la que Dios tiene
Aunque somos seres inteligentes, no se nos da simplemente todo el conocimiento y el poder a menos que podamos demostrar que lo merecemos. Por esa razón, nuestra vida mortal también se convirtió en un período de prueba en el que pudimos probar si se nos podía confiar los dones de la vida eterna.
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La creacion del hombre
Cuando Adán y Eva fueron creados, se les dieron (1) cuerpos inmortales. En el Jardín del Edén, ellos también disfrutaron (2) la presencia de Dios. Él estaba allí con ellos y les enseñó como un padre amoroso haría con sus hijos pequeños. Eran inocentes, no tenían (3) conocimiento del bien o del mal, y eran (4) incapaces de tener hijos. Se habrían quedado para siempre en este estado sin algún cambio significativo. El resto de nosotros nunca habría nacido, Adán y Eva nunca podrían probarse a sí mismos, no disfrutarían (5) la vida eterna, o una vida como la de Dios, y el plan de Dios se frustraría.
La caída del hombre
Cuando Eva comió la fruta prohibida y luego convenció a Adán de que hiciera lo mismo, ambos fueron sometidos a un cambio significativo. Este cambio fue parte del plan y necesario para hacer que la vida eterna esté disponible para la humanidad.
Cuando cayeron, Adán y Eva se hicieron (1) mortales. Se les prometió que si comían la fruta prohibida seguramente morirían. También fueron (2) expulsados de la presencia de Dios. Ya no podían caminar y hablar con él como antes. De hecho, un poderoso ángel fue colocado para proteger el camino de regreso a la presencia de Dios. Aunque estos fueron pasos definitivos hacia atrás, obtuvieron dos cosas muy esenciales que no podrían obtener de otra manera. Obtuvieron (3) conocimiento del bien y del mal, conocimiento que solo se podía obtener eligiendo desobedecer a Dios. También se les dio el (4) poder de tener hijos, y la humanidad finalmente pudo existir.
Además, como todos sabemos, la mortalidad tampoco es la (5) vida eterna descrita en las Escrituras.
La redención del hombre a través de Cristo
Debido a que la humanidad fue sometida a muerte física (la separación de nuestros cuerpos de nuestros espíritus) así como a la muerte espiritual (la separación de nuestras almas de Dios), estábamos condenados para siempre. No había nada que pudiéramos hacer para superar estos obstáculos insuperables para nosotros mismos.
En la sabiduría de Dios, él nos proporcionó un salvador. Jesucristo pudo redimirnos a todos de los efectos de la caída. A través de la expiación y la redención de Cristo, ahora podemos ser (1) resucitados de entre los muertos y recibir un cuerpo inmortal. Todos podremos (2) regresar a la presencia de Dios para ser juzgados por nuestras obras, ya sean buenas o malas. A través de Cristo, recibiremos un (3) conocimiento perfecto de nuestra culpa o de nuestra justicia. Aquellos que han demostrado ser dignos estarán (4) juntos para siempre con sus familias y podrán tener hijos (tal como Dios tiene hijos) por toda la eternidad. Finalmente, todos aquellos que hayan tenido fe en Jesucristo, se hayan arrepentido de sus pecados y hayan obedecido los mandamientos de Dios podrán (5) recibir la vida eterna, el mayor de todos los dones de Dios.
La vida eterna no sería posible sin los tres grandes pilares de la eternidad: la creación, la caída del hombre y la expiación de Jesucristo.