Hitler nunca había tenido una victoria electoral decisiva en Alemania en realidad. Las elecciones presidenciales de 1932 le otorgaron el 36,8% de los votos en la segunda vuelta. Paul von Hindenburg, el actual presidente, ganó con el 52%. Ernst Thälmann, el líder comunista alemán, fue tercero con 10.2%. Aunque Hindenburg designó a Hitler primer ministro (canciller) en enero de 1933.
El NSDAP de Hitler tampoco pudo asegurar una mayoría en las próximas elecciones federales (5 de marzo de 1933) obteniendo el 43.9% de los votos. Los socialdemócratas habían obtenido un 18,3% y los comunistas obtuvieron un 12,3%. Sin embargo, hubo un incendio provocado en el Reichstag 6 días antes de la elección del cual los comunistas fueron acusados y su popularidad se redujo. Hitler logró que Hindenburg firmara el Decreto de Fuego del Reichstag que limitaba las libertades civiles, prohibía el Partido Comunista y se usaba para perseguir a los enemigos políticos de los nazis alemanes, por lo que comenzó el reinado de terror de Hitler. Con los comunistas expulsados del Reichstag, los socialdemócratas que se oponían a él y a los demás partidos siendo intimidados a someterse, Hitler promulgó la Ley de Habilitación y le otorgó la dictadura el 23 de marzo de 1933.