En la antigüedad, la masa terrestre de Eurasia se dividía en dos áreas, Oriente (Oriente, donde sale el sol por la mañana, los alemanes solían llamarlo “Morgenland” – tierra de la mañana) y Occidente, la tierra donde se pone el sol en la mañana. Por la noche, los alemanes lo llaman “Abendland” – tierra de la tarde. El occidente siempre se consideró cristiano, mientras que el oriente se consideró musulmán. Alemania siempre se ha visto a sí misma como parte de Occidente. Incluso hoy, nuestra cultura se llama “Abendländisch” (tarde-tierra). Lo del Este-Oeste vino después, no se trata de la ubicación de un país sino de su sistema: capitalismo libre versus comunismo. Esta estricta división del mundo en dos bloques tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial. Entre las dos guerras, la posición de Alemania era ambivalente. A principios de la década de 1930 hubo relaciones profundas entre Alemania y Rusia. Los rusos ayudaron a los alemanes a reconstruir en secreto su fuerza aérea. Y tanto Alemania como Rusdia tenían un sistema totalitario que interfería con el libre emprendimiento, un PSU para el capitalismo.
Después de 1945, países asiáticos como Japón o Corea del Sur se unieron al bloque occidental, así como antiguas colonias como Singapur o Hong Kong. Sin embargo, estos países pertenecían a Oriente.