Si Hitler no se suicidó, ¿quién de su personal más confiable lo mataría en el Fuhrerbunker?

Su devoto conductor Erich Kempka, a quien Hitler confió con su vida y, al final, con la muerte. Kempka, un Obersturmbannführer en las SS, había sido conductor de Hitler y en algún momento guardaespaldas desde 1932. El Fuhrer despidió a su anterior chofer Emile Maurice por supuestamente tener un romance con Geli Rabaul, la sobrina y amante de Hitler. Kempka decidió quedarse en el Búnker, sabiendo que significaría una muerte segura a manos de los rusos o por suicidio, al igual que su Fuhrer. Hitler eligió morir por su propia mano, y Kempka recibió las instrucciones finales para que su cuerpo y el de Eva Braun se empaparan con gasolina y se quemaran fuera del reconocimiento fuera del Bunker. Podemos suponer con seguridad que Hitler le habría ordenado a Kempka que le disparara si dudara.

Kempka sobrevivió a la guerra y murió pacíficamente en 1975.