El bombardeo de Oklahoma City en 1995 es una catástrofe que sirve como recordatorio para nunca olvidar las amenazas en el hogar. Incluso hoy, es el peor acto de terrorismo doméstico en los Estados Unidos. 168 hombres, mujeres y niños fueron asesinados, y cientos más resultaron heridos, sin mencionar toda la destrucción causada.
Los medios de comunicación cubrieron enormemente el atentado, ya que este fue el primer acto importante de terrorismo doméstico. Usaron varios ángulos diferentes para llegar al corazón de todo tipo de personas, calificándolo de “ataque al corazón” y retratando el tema de la “inocencia perdida” de Estados Unidos.
El bombardeo más famoso antes de esto había sido el bombardeo del World Trade Center de 1993, pero había sido un acto de terrorismo internacional, mientras que el bombardeo de la ciudad de Oklahoma fue llevado a cabo por ciudadanos estadounidenses en su propio gobierno y país.
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Otra reacción fue una renovada sensación de peligro con respecto a la extrema derecha. Los ideales de los bombarderos que llevaron a cabo la tragedia en la ciudad de Oklahoma fueron similares a los del movimiento de milicias, y pronto, las historias sobre el movimiento inundaron el país.
Sin embargo, el informe oficial del FBI apenas mencionaba el movimiento de la milicia o la extrema derecha; de hecho, el terrorismo interno en general fue descuidado en su mayor parte en la edición de 1994 de Terrorismo en los Estados Unidos .
Después del 11 de septiembre, el bombardeo de la ciudad de Oklahoma fue empujado a un lado. El 11 de septiembre fue más grande, más mortal y una lesión mucho mayor para el orgullo estadounidense. La tragedia de la ciudad de Oklahoma fue barrida a un lado, y con ella el foco en los peligros de la extrema derecha. La atención se centró en el islamismo radical, y así sigue siendo hoy.
Los eventos del 11 de septiembre cambiaron el foco del terrorismo interno al terrorismo internacional, pero los pocos años transcurridos entre los dos ataques llevaron al FBI a implementar muchas políticas nuevas que han ayudado a poner fin a los actos de terrorismo interno antes de que sucedan.
Pero eso no significa que la catástrofe en Oklahoma haya sido olvidada. El Monumento Nacional de la Ciudad de Oklahoma sirve como un brillante monumento para todos los que murieron o fueron afectados por el bombardeo. Y el recuerdo de lo que sucedió ese fatídico día de 1995 aún permanece en los corazones de muchos, asegurando que nunca olvidemos las lecciones del bombardeo de Oklahoma City.