¿Cómo iban los antiguos países soviéticos justo después de la ruptura? ¿Lo estaban haciendo bien? ¿Eran pobres?

Sí, todos ellos eran bastante pobres según las medidas modernas. El problema era que todos querían bienes importados (la mayoría de los soviéticos eran de baja calidad); para comprarlos hay que obtener dólares estadounidenses; para conseguirlos hay que venderle algo a alguien; así es como el USD fue mucho más pesado en la post-URSS que en los EE. UU. El salario mensual promedio en 1992–1994 fue de $ 15–30, y muchas familias a veces carecían de alimentos. Quiero decir, consumir carne es más sabroso que el arroz, el trigo sarraceno o la sopa de repollo.

La pregunta es difícil de responder porque 15 repúblicas tenían problemas y estilos de vida bastante diferentes. Entonces esbozaré.

En Rusia, el problema era con los mafiosos, por ejemplo, estaban buscando camioneros, los mataron y vendieron camiones de bien, y la policía no luchó. En los países bálticos, el problema era con los precios de alquiler muy altos (calefacción, agua). Bielorrusia y Ucrania intentaban redirigir la industria a diferentes mercados. Las repúblicas del Cáucaso fueron cortadas de energía y sus ciudades colapsaron en invierno (p. Ej., Calefacción con incendios dentro de los pisos que queman árboles cortados en parques y calles). Los países de Asia central estaban luchando por el cese de las transferencias de dinero y la sociedad mitad esclavitud / mitad feudal (los nobles reaparecieron y oprimieron a sus plebeyos). También Moscú y Siberia tienen condiciones bastante diferentes. Los problemas de Moscú debían enriquecerse haciendo buenas conexiones con el gobierno y las pandillas, haciendo planes, robando y vendiendo. Los siberianos buscaban comida y trataban de no ser robados y asesinados. (Tengo algunos parientes allí).

En una nota positiva, los pisos se privatizaron, las importaciones comenzaron a llegar, se establecieron algunas exportaciones, se abandonó la censura y se liberaron las libertades, ¡incluso ir al extranjero! fueron concedidos. Era como salir de la jaula de esclavos, con las manos desnudas, los pies y los bolsillos vacíos, con el regreso a casa.

La gran lucha fue establecer en qué futuro todos queremos vivir, qué cambios son necesarios, saber qué es imposible y cómo organizarnos. Todo estaba cambiando, nadie estaba preparado y no todos se sentían cómodos.