Depende de qué tan cerca se encuentre de la fuente.
La mayoría de nosotros confiamos en fuentes “terciarias” como libros de texto y “The History Channel” para nuestra información. Esas fuentes están claramente sesgadas y no se debe confiar en ellas. Recomiendo el libro de James Loewen “Mentiras que mi maestro me dijo” sobre este tema.
A continuación, la lista incluye fuentes “secundarias”: libros de historia y artículos escritos por personas que realizaron investigaciones originales. Las fuentes terciarias generalmente se extraen de fuentes secundarias. Como regla general, los escritos por académicos profesionales tienden a ser mejores que los escritos por periodistas, aunque hay un mérito en ambos enfoques.
Por último, se encuentran las fuentes “primarias”: registros originales, testigos presenciales, periódicos contemporáneos, archivos, etc. Una vez más, hay cierto sesgo en este nivel, pero así es como se desarrolla la historia. Tucídides, cuya “Guerra del Peloponeso” se considera el primer trabajo verdadero de la historia, se desarrolló a partir de relatos de testigos oculares. Su proceso fue rechazar cualquier evidencia que pareciera estar embellecida o sesgada. Reconoce estas limitaciones en su trabajo, pero al leer el libro, está claro que la historia que presenta es tanto plausible como probable.
- Si los estados principescos indios hubieran sabido que caerían bajo el dominio británico si continuaran luchando entre ellos, ¿se habrían unificado, o al menos formarían una alianza militar para mantener alejados a los británicos? ¿O su interés propio prevaleció sobre cualquier nacionalismo indio?
- ¿Cómo han sobrevivido los judíos, como pueblo, durante miles de años?
- ¿Cuáles son algunos ejemplos de naciones que declaran guerras “no pueden ganar” y ganan?
- ¿Qué pasaría si los turcos hubieran aceptado el cristianismo en lugar del islam? ¿Qué eventos no habrían sucedido en la historia y cómo se vería el mundo hoy?
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Los historiadores modernos ahora están buscando registros que es poco probable que muestren algún sesgo. Por ejemplo, los historiadores españoles han estado profundizando tanto en la Armada española como en la Inquisición española. Para la Armada, han estado rastreando los registros de la armada española que existen desde ese período de tiempo y están compuestos en gran parte por registros de tiendas navales. Es poco probable que estos hayan sido falsificados y hayan dado a los historiadores una gran comprensión de cuán grande era la fuerza y qué tan bien equipada estaba. Los historiadores que investigaron la inquisición han estado investigando los registros escritos por los inquisidores simultáneamente con la inquisición, como las decisiones legales y las órdenes de tortura (una de las sorpresas, la tortura fue poco frecuente y de corta duración porque no pensaron que fuera muy eficaz).