No. Los escritores de la Constitución no estaban tan interesados en hacer que las tres ramas fueran iguales, sino en asegurarse de que ninguna rama pudiera superar a las otras dos.
Tenemos un manual para la Constitución. James Madison, Alexander Hamilton y John Jay escribieron una serie de ensayos para explicar la Constitución. Estos ensayos se llaman hoy los documentos federalistas.
En el ensayo número 78, Hamilton escribió:
” Quien considere atentamente los diferentes departamentos del poder debe percibir que, en un gobierno en el que están separados, el poder judicial, por la naturaleza de sus funciones, siempre será el menos peligroso para los derechos políticos de la Constitución; porque será menos capaz de molestarlos o herirlos. El Ejecutivo no solo dispensa los honores, sino que sostiene la espada de la comunidad. La legislatura no solo manda el bolso, sino que prescribe las reglas por las cuales los deberes y derechos de cada ciudadano deben ser regulados. El poder judicial, por el contrario, no tiene influencia sobre la espada o el bolso; ninguna dirección de la fuerza o de la riqueza de la sociedad; y no puede tomar ninguna resolución activa. Realmente se puede decir que no tiene FUERZA ni VOLUNTAD, sino simplemente juicio; y debe depender en última instancia de la ayuda del brazo ejecutivo, incluso para la eficacia de su juicio.
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Esta simple visión del asunto sugiere varias consecuencias importantes. Demuestra indiscutiblemente que el poder judicial es, sin comparación, el más débil de los tres departamentos del poder. ”
Y en el ensayo número 51, Madison escribió:
“Pero no es posible otorgar a cada departamento el mismo poder de defensa propia. En el gobierno republicano, la autoridad legislativa predomina necesariamente. El remedio para este inconveniente es dividir la legislatura en diferentes ramas; y para hacerlos, por diferentes modos de elección y diferentes principios de acción, tan poco conectados entre sí como lo admitirán la naturaleza de sus funciones comunes y su dependencia común de la sociedad. Incluso puede ser necesario protegerse contra invasiones peligrosas con más precauciones. Como el peso de la autoridad legislativa requiere que se divida así, la debilidad del ejecutivo puede requerir, por otro lado, que se fortalezca. Una negativa absoluta en la legislatura parece, a primera vista, ser la defensa natural con la que el magistrado ejecutivo debe estar armado. Pero tal vez no sería del todo seguro ni suficiente por sí solo. En ocasiones ordinarias puede que no se ejerza con la firmeza necesaria, y en ocasiones extraordinarias se puede abusar de manera pérfida. Que este defecto de un absoluto negativo no sea suministrado por alguna conexión calificada entre este departamento más débil y la rama más débil del departamento más fuerte, por el cual este último puede ser llevado a apoyar los derechos constitucionales del primero, sin estar demasiado separado del derechos de su propio departamento?
Estos hombres consideraron que la rama legislativa era naturalmente más poderosa que la ejecutiva y que la ejecutiva era naturalmente más poderosa que la Judicial, pero establecieron estructuras para garantizar controles en cada rama y la capacidad de dos ramas para controlar la tercera. El ensayo 47 entra en detalles sobre cómo funcionan estos controles y equilibrios.