Probablemente no había muchos. Como señala Dmitriy Genzel, el inglés no tiene un “instituto de idiomas” que prescriba una forma correcta de escribirlo. Las reglas, tal como las conocemos hoy, provienen de guías de estilo individuales, por ejemplo de universidades, editoriales o periódicos, que no todos están de acuerdo en todo (la palabra “Internet” es un buen ejemplo de desacuerdo sobre la capitalización), pero sí todos están de acuerdo, por ejemplo, en que escribe con mayúscula los nombres de las personas, o que no escribe en mayúscula la primera letra de cada sustantivo como en alemán.
En 1780, muchas menos personas escribían en inglés, no había guías de estilo y nadie habría acordado tanto en cuanto a detalles finos como este. Las personas que decidieron cuáles eran las reglas de la gramática inglesa en esos tiempos eran en su mayoría profesores de latín, y el latín no distinguía entre mayúsculas y minúsculas. Al leer la Declaración de Independencia (Declaración de Independencia – Transcripción del texto), parece que las letras mayúsculas se usan más para enfatizar ciertos nombres que cualquier otra cosa.