El Imperio Romano en realidad contenía la mayoría de las tierras que los otomanos alcanzaron en su apogeo y era simplemente mucho más grande en tamaño. La única diferencia es que hay aproximadamente 1400 años entre el pico de los otomanos y los romanos, por lo que algunas de las culturas que los otomanos gobernaron ni siquiera se formaron cuando los romanos tenían poder sobre la misma tierra y eran simplemente tribus. Por lo tanto, podríamos hacer una suposición educada de que los otomanos gobernaron sobre culturas más establecidas, pero teniendo en cuenta que la cultura es un concepto abstracto, los romanos pueden ser considerados como los mejores.
En términos de multiculturalismo en la estructura de poder, diría que los otomanos eran más diversos, ya que incluso la mayoría de los emperadores (sultanes) provienen de orígenes étnicos muy diferentes. También incluyeron a la mayoría de las personas conquistadas en su burocracia para evitar a los nobles hereditarios para que los rasgos de diversas culturas se puedan observar fácilmente en diferentes aspectos del gobierno. El Imperio Romano, por otro lado, se centró en hacer de la gente conquistada “romanos” en los primeros días del imperio. Esta práctica fue tan detallada como la imposición de la ley romana en su vida cotidiana, mientras que los otomanos se centraron principalmente en obtener impuestos.