¿Ir a la universidad puede tener un impacto en la historia?

Todo lo que hacemos tiene algún impacto en la historia; puede ser incidental, directo o indirecto, aditivo o esencial, pero lo que hagamos, independientemente de si vamos a la universidad o no, tendrá algún impacto. A menudo me gusta dibujar la analogía de las alas de un colibrí: en la superficie, su agitación solo tiene el más mínimo efecto en el aire que lo rodea, pero cada vez que ejerce su propia presión sobre el flujo de aire, es aditivo. del viento que se acumula en todo el mundo. ¿Cómo podría su pequeño efecto cambiar la historia entonces?

Supongamos por un momento que obliga a un insecto a abandonar el rumbo previsto y, en cambio, su ruta de vuelo ahora termina en el momento y lugar donde un ser humano se colocó en el techo con un rifle de francotirador listo para asesinar a un importante jefe de estado que estaba parado por la paz, y cuya presencia en una cumbre mundial impediría la Segunda Guerra Mundial. Ese insecto termina volando en el ojo del francotirador justo cuando están preparados para apretar el gatillo, y se estremece, el arma se aleja de su objetivo y la bala falla al líder mundial. La réplica del rifle alerta a las fuerzas de seguridad que llevan al líder a la seguridad del edificio y él asiste a la cumbre y ofrece un plan que todas las partes pueden acordar, y se logra la paz y se evita la guerra.

Ahora eso suena un poco artificial, pero a lo largo de la historia los cambios más pequeños pueden tener un efecto monumental. Para el colibrí, su efecto fue incidental, indirecto, aditivo y, sin embargo, esencial para que el resultado finalizara como lo hizo. La vida de las personas pasa por estos escenarios constantemente, y la mayoría de las veces nunca sabemos cuándo algo que hemos hecho, o no hemos podido hacer, terminará teniendo un efecto influyente en el resultado de algo que finalmente cambia la historia: de una forma u otra. Nunca sabemos cuándo algún gesto de bondad influirá en el corazón oscuro de una persona y le dará pausa, y le permitirá ver el mundo de una manera diferente: una forma más positiva, más amable y amable. Lo mismo ocurre con una palabra dura que se pronuncia con enojo o frustración: nunca sabemos cuándo un niño internalizará el de un padre. Las severas advertencias de los maestros, los amigos de los juegos o los extraños tienen un efecto negativo en su visión del mundo y su lugar en él. NADA que hacemos se hace sin consecuencias, y SIEMPRE debemos recordar eso.