Hay varios factores de las guerras napoleónicas que tuvieron un efecto importante en los esfuerzos de unificación. En primer lugar, el surgimiento del nacionalismo y el estado-nación, con el sentimiento general de que los límites de las naciones deben trascender los límites de los estados más pequeños que dividen a estas naciones, que debe haber un estado para todos los italianos, un estado para todos los alemanes, etc. . En segundo lugar, los estados títeres de Napoleón a menudo unificaron varios más pequeños, dando a los ciudadanos una idea de lo que la independencia podría aportar. Westfalia, la Confederación del Rin y el Reino de Italia fueron ejemplos de miniunificaciones creadas por Napoleón.
En tercer lugar, y de manera crucial, los principales jugadores continentales de Francia, Austria y Rusia se vieron gravemente debilitados por las guerras, mientras que Prusia y Cerdeña, a pesar de sus propias pérdidas, obtuvieron un importante poder regional. Como resultado, las grandes potencias tradicionales fueron menos capaces de oponerse a los esfuerzos de unificación liderados por los estados antes mencionados.