Hitler fue producto de los tiempos difíciles que atravesaba su nación. La derrota en la Gran Guerra, la humillación y los duros términos del Tratado de Versalles fueron traumáticos para una nación que se veía a sí misma como el verdadero pilar de la civilización europea. Además, los alemanes creían que nunca perdieron la guerra, pero los socialistas y los judíos nos apuñalaron por la espalda. El lamentable estado de la economía se sumó a su miseria. Necesitaban a alguien a quien culpar de todos sus problemas, de ahí el sentimiento antijudío en todo el país. Hitler y sus nazis simplemente capitalizaron todo lo anterior y le dijeron a la gente lo que querían escuchar. Por lo tanto, el movimiento nazi fue uno de los más grandes movimientos populistas de la historia.
Hitler fue un orador excepcionalmente bueno y sus discursos reunieron a la nación alemana detrás de él. Debe tenerse en cuenta que Hitler por sí solo no es responsable de los crímenes y atrocidades de los nazis. Una gran mayoría de sus compatriotas, si no todos, participaron voluntariamente o al menos apoyaron la guerra y el genocidio. La idea de una raza superhumana alemana les atraía tanto como a Hitler.