El Álamo fue una trágica masacre que ocurrió en las llanuras de Texas. Hay muchos relatos de la historia en internet, películas y literatura. Lo importante es que él y otra masacre en Goliad desencadenaron la Revolución de Texas. Santa Ana llevó a su ejército a las llanuras del sur y comenzó a matar sumariamente a los colonos que, según él, ayudaban e incitaban a los rebeldes. Sorprendidos por la barbarie de los asesinatos, miles de tejanos se unieron bajo el liderazgo de Sam Houston para forzar al ejército de Santa Ana a salir de Texas y ganar la independencia del territorio de México. Más tarde, la anexión de Texas alimentó los incendios del “Destino Manifiesto” y provocó la expansión hacia el oeste de los Estados Unidos. El coraje y el sacrificio de los defensores de Álamo se ha convertido en un icono y una inspiración para los estadounidenses en numerosas batallas desde entonces.
La lección a extraer de ella es negativa. La Revolución de Texas y la posterior guerra mexicoamericana condujeron a la pérdida de México de la mitad norte del país. Durante 2 siglos, España y México habían descuidado la región y no habían podido proteger y defender a los habitantes allí. Es una lección objetiva sobre lo que le sucede a un país que no puede defender sus fronteras y proteger a sus personas. La región fronteriza, hasta el día de hoy, se caracteriza por la anarquía, la corrupción y el bandolerismo.