¿Se permitió a las empresas británicas y estadounidenses, en los años treinta, comerciar con la Alemania nazi?

El 17 de marzo de 1929, Wilhelm von Opel y su hermano Friedrich Opel vendieron inicialmente el 80 por ciento de sus acciones en el grupo automotriz estadounidense General Motors (GM). Para 1931, GM se hizo cargo de la compañía por completo. Después de la toma del poder del NSDAP en 1933, General Motors no consideró retirarse de Alemania. En cambio, en un proceso de ajuste que duró hasta 1936, se ocuparon puestos clave con los nacionalsocialistas y empleados judíos despedidos o transferidos a los Estados Unidos. A instancias del gobierno nacionalsocialista, en el mismo año, se produjo la producción del camión más grande de tres toneladas “Blitz” en el transcurso de la actualización de la Wehrmacht, la planta de vanguardia en Brandeburgo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la compañía produjo los camiones más importantes de la Wehrmacht con su camión de 3 toneladas tipo Blitz “S” (estándar). Además de los camiones de rayos, la planta de Rüsselsheim también produjo motores, piezas para cohetes y torpedos, así como componentes para Junkers Ju 88 y Messerschmitt Me 262. En Varsovia y Riga, Opel operaba talleres de reparación de vehículos militares utilizados en el frente oriental. Para 1943, 18,500 personas trabajaban en la planta de Rüsselsheim; En enero de 1945, a raíz de la catastrófica situación de la materia prima, este número alcanzó un punto bajo con casi 6,000 empleados. A diferencia de otras compañías automotrices alemanas, Opel se negó a emplear a reclusos en campos de concentración, pero recurrió a trabajadores forzados. Además, desde 1933 los trabajadores han estado cada vez más expuestos al terror de la seguridad fascista. [24] En 1942, el 52 por ciento de los 4.000 empleados eran trabajadores forzados extranjeros en la fábrica de camiones de Brandenburgo, el 20 por ciento de los 18.500 en la planta de Rüsselsheim, otras fuentes hablan de hasta el 35 por ciento

Las compañías estadounidenses negociaron con la Alemania nazi antes, e incluso DURANTE la guerra. Era bien sabido que Ford Motor Co. a través de sus filiales europeas vendía a los alemanes. IBM también utilizó su filial alemana DEHOMAG, para vender sus sistemas de tarjetas perforadas Hollerith (computadoras analógicas) al gobierno alemán. Las máquinas Hollerith fueron utilizadas en los campos de concentración de las SS para rastrear prisioneros y propiedades robadas. Lea el libro “IBM y el Holocausto” si desea los detalles.

Sí, a las compañías británicas, estadounidenses y francesas se les permitió comerciar con Alemania hasta que se declaró la guerra en septiembre de 1939. Gran Bretaña y Francia suspendieron todo el comercio con Alemania, y el comercio estadounidense, aunque legal, se detuvo debido al bloqueo de la Royal Navy.