Eso es como preguntar “¿fue una buena idea que esos nativos americanos regalaran sus tierras?”
La respuesta en ambos casos es: no tenían otra opción.
Cuando Gorbachov comenzó a relajar las restricciones soviéticas a las protestas, las cosas comenzaron a desmoronarse. Se celebraron elecciones multipartidistas en toda la Unión, lo que resultó en las secesiones de Armenia, Moldavia, Georgia, Estonia, Letonia y Lituania a principios de 1990. En junio de ese año, Rusia declaró su independencia de la URSS.
El 24 de agosto de 1991, Gorbachov disolvió el Comité Central del PCUS, renunció como secretario general del partido y disolvió todas las unidades del partido en el gobierno. Cinco días después, el Soviet Supremo suspendió indefinidamente toda la actividad del PCUS en el territorio soviético, poniendo fin efectivamente al dominio comunista en la Unión Soviética y disolviendo la única fuerza unificadora que queda en el país.
La Unión Soviética no renunció a ningún territorio, el territorio renunció a la Unión Soviética. El gobierno soviético era tan débil y mal administrado que cuando las repúblicas comenzaron a separarse, no había nada que pudiera hacer para detenerlos.